YURI SONCCO "En la Puerta de las Flores" es la exposición de Katia Céspedes, curada por Alfredo Márquez, que se inaugura este viernes 6 de febrero en la Sala de Ingreso del Segundo Piso del Patio de Letras del Museo de Arte del Centro Cultural de San Marcos.
Aquí se podrá ver un poderoso conjunto de esculturas desarrolladas en alto relieve en técnica mixta sobre marcos informes de madera. Un proyecto que pone en evidencia y trastoca el momento de la muerte y el dolor de los niños atacados de anemia aplásica. Una visión particular de Katia, provocada por su acompañamiento a los niños que padecen esta enfermedad y que se encuentran internos en el INSN ex- Hospital del Niño.
El curador detalla así este proyecto:
“Particularmente considero que la labor y el trabajo que esta exposición testimonia es muy importante, para aproximarnos a una situación que afecta a un sector importante de los niños de los sectores más populares de la población, enfermedades terminales asociadas a la contaminación por la explotación minera y petrolera en sus áreas de habitad. Este dato no acompaña la muestra, por la inexistencia de investigación científica que tenga esta conclusión sustentada. Pero si de un mapeo empírico que cruza la procedencia de estos niños afectados por la anemia aplásica con áreas contaminadas.En todo caso la sensibilidad de Katia y su apuesta de trabajo nos entrega una muestra no solo rica en calidad plástica sino también en calidad ética y compromiso humano.”
Esta exposición incluye una jornada artística para niños, a cargo del grupo de teatro Madero, el sábado 21 de Febrero 3:00 pm. La exposición va hasta el 27 de febrero.
PORTAFOLIO DE CURADOR: ALFONSO CASTRILLON es el próximo LUNES DEL CDAPC que se llevará a cabo el lunes 9 de febrero, a las 8pm, en el Centro Cultural de España.
Castrillón: investigador, crítico, curador, historiador del arte y museólogo hará una revisión cronológica, a modo de portafolio, de su actividad profesional y académica que viene desarrollando desde fines de los sesentas.
Museo Peruano: Utopía y Realidad (Lima: Industria gráfica, 1986.), publicación de castrillón fue una de las pioneras en abordar el tema de museología en el Perú. Este texto hace una síntesis y toma de pulso de la crítica situación los museos en el Perú a mediados de los ochentas (situación que a más de veinte años no ha variado). Tal como leemos en la reflexión 1 del portal del MAC-Lima: “Castrillón logra desarrollar un texto riguroso de diagnóstico preliminar a estudios y proyectos futuros sobre los museos en el Perú.”
Hacia el año 2000, y coincidiendo con la caída de la dictadura de Alberta Fujimori, comienza la serie Tensiones Generacionales, exposiciones y publicaciones que hasta el 2004 hicieron una revisión de las artes plásticas en el Perú desde el momento de la fundación de la hoy tomada y acéfala Escuela Nacional de Bellas Artes, hasta los momentos de crisis extrema que significó la guerra civil por la que atravesó el Perú entre 1980 y el 2000. Para esta investigación Castrillón utilizó el método de las generaciones de Ortega y Gasset para agrupar-dividir los momentos y acontecimientos del arte peruano del siglo XX desde los propios artistas. Un método que no fue claro en su momento y que provocó confusiones, y sensibilidades afectadas.
Seguramente este tema y otros más serán abordados por Castillón el lunes 9, a las 8pm, en el Centro de Documentación de Arte Peruano Contemporáneo (CDAPC)-Centro Cultural de España en Lima.
I
“Obras de arte sobre conflictos recientes contribuyen al duelo colectivo, pero también lo banalizan” es el nombre de un artículo aparecido en el último número de la revista colombiana Cambios.
Este texto cuestiona como a pesar de que los objetivos de muchos proyectos artísticos son bienintencionados, tienden a mercantilizarse en el tiempo.
Aquí se menciona la acción 'El Siluetazo', ocurrida el 21 de septiembre de 1983, por iniciativa de tres artistas argentinos : Rodolfo Aguerreberry, Julio Flores y Guillermo Xexel, donde un grupo de ciudadanos recordó a los 30.000 desaparecidos por la dictadura argentina pegando siluetas en los edificios aledaños a la Plaza de Mayo de Buenos Aires. Este articulo contiene declaraciones de la investigadora argentina Ana Longoni, autora del libro El Siluetazo: “[Fue una manera] de ponerse en el lugar del otro, de prestarle un soplo de vida a ese que no lo tiene en ese final inconcluso que es la desaparición".
'El Siluetazo', por decisión de los tres artistas, no ha tenido ningún carácter mercantil. "Se han negado a cualquier tipo de fetichización de los restos del evento, justamente porque fue una acción colectiva y anónima -asegura Longoni-. Allí estaba su contundencia: era un homenaje a los ausentes, una forma de resignificar esta ausencia y volverlos por un instante a la vida". Para la investigadora si las siluetas hubiesen llegado después al museo, habrían perdido su fuerza, "la contundencia que les daba ser parte de una multitud, de un reclamo colectivo".
Con respecto a esta delgada línea, copiamos textualmente dos párrafos de este interesante artículo.
“La sociedad contemporánea tiende a fetichizar el horror, a carnavalizar la tragedia y a 'museificar' el desastre. En plena guerra de los Balcanes, un hombre que acababa de perder a su familia y sus bienes fue registrado por las cámaras de televisión cuando recogía un zapato, una tetera y otros restos. Al preguntársele qué hacía, contestó: `Para cuando hagamos el museo´.
Detrás de estos actos se esconde una pregunta por la ética. Justamente por eso, en noviembre del año pasado un comité del Consejo Internacional de Museos organizó en Nueva Orleans el evento 'Museos y desastres', cuyo objeto fue responder preguntas sobre las colecciones realizadas con piezas tomadas de catástrofes: ¿Quién posee el legítimo título sobre los artefactos recolectados en un desastre? ¿Hasta qué punto la exposición del dolor del otro dentro del museo cruza la línea entre la educación y la explotación? ¿Deberían los museos presentar las imágenes de las víctimas sin su permiso o el de sus familias? ¿Pueden exhibirse restos humanos?.”
En este texto se hace una breve alusión a la acción “Lava la Bandera” del Colectivo Sociedad Civil: “El 27 de julio de 2000, en Lima, un grupo de artistas convocó a la comunidad para que llevara un platón rojo, un jabón marca Simón Bolívar y una bandera de tela peruana para lavarla en la plaza principal. De ese modo buscaron demostrar simbólicamente su inconformidad frente a la corrupción de su país.”
Foto 1: Difusión cedida por Alfredo Márquez.
Foto 2: Daniel Giannoni.
Foto 3: 'Urbomaquia', 2002. Instalación de artistas cordobeses.
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