11.2.07

APROXIMACIONES A UNA HISTORIA DEL ARTE PERUANO A PARTIR DE LA DECADA DEL OCHENTA.

Fracción de un trabajo presentado en el XI Simposio Internacional de Historia en Arequipa, en setiembre del 2006. Lamentablemente mi participación en este evento no fue del todo completa. Este trabajo pertenece a una investigación mayor que estoy haciendo sobre el tema y espero publicar pronto.

APROXIMACIONES A UNA HISTORIA DEL ARTE PERUANO A PARTIR DE LA DECADA DEL OCHENTA.

Por: David Flores-Hora

INTRODUCCIÓN

Antes de hacer un análisis del arte peruano a partir de los ochentas, es importante delimitar algunas constantes, como las tensiones gestadas al interior de un mismo grupo social y generacional de artistas; así como las pugnas de ideologías estéticas contra proyectos sociales y culturales de corte nacionalista. Estas constantes las podemos rastrear desde la primera década del siglo XX(1).

Tanto estas leves tensiones generacionales(2) como las encendidas disputas ideológicas marcan un estilo en la plástica peruana; un estilo que, atiborrado de contenidos y discursos, perduraron en cuanto confluyeron con los proyectos de modernización por parte del Estado.

El crecimiento del terrorismo subversivo y terrorismo de estado, convirtió al Perú en escenario de la mas cruel guerra civil de toda la historia republicana, una guerra que se desarrolló de forma progresiva e intensa, haciéndose cada vez más cruenta aunque sin perder su intrigante “invisibilidad”.

El crecimiento de acciones por parte de grupos civiles que se levantaron en armas como: Partido Comunista peruano Sendero Luminoso (P.C.P. S.L.) y el Movimiento Revolucionario Tupac Amaru (M.R.T.A.); y Grupos surgidos en el seno de instituciones castrenses que desataron un similar terrorismo: Comando Rodrigo Franco, Grupo Colina, Servicio Inteligencia Nacional y Servicio Inteligencia del Ejercito. Llevaron al Perú a una crisis a todas luces, que se reflejo, en un primer instante, en lo político y económico.


ANTECEDENTES A LOS OCHENTAS Y SU PRODUCCIÓN PLASTICA

El antecedente principal de esta punta de iceberg, la violencia terrorista, puede ser rastreada al momento que mediante voto popular el arquitecto Fernando Belaunde Terry inauguró su primer gobierno, el 28 de julio de 1963, se inicia un nuevo proyecto de modernización del país.

Durante la administración de Belaunde la escena plástica vive un ritmo acelerado de recepción de las tendencias internacionales. Nos incorporamos al expresionismo abstracto, movimiento centrado en Nueva York y que practicaba la técnica conocida como Action Painting, también nos asimilamos al informalismo europeo, que se desarrolló en paralelo al expresionismo americano. Otros pintores siguieron en la senda de la abstracción pero en el ámbito del Op. También entró al escenario el figurativismo del Pop Art y el arte de concepto.

En nuestro país, en el ámbito de los valores culturales y de algunas esferas de la ‘alta’ cultura local, todavía se prefiere ver a Francia y Europa (...) ello explica que nuestra vieja élite rechace el Pop. Estos antiguos seguidores de la abstracción tenían como foco el Instituto de Arte Contemporáneo (IAC) el cual suscribía el concepto de internacionalismo abocándose a presentar a los artistas latinoamericanos más importantes del momento. Conectado a un grupo de empresarios peruanos en ascenso, que por un momento parecen capaces de liderar la industrialización del país, el IAC prefiere la obra de autor reconocido como afirmación objetiva de que el arte es un valor de modernidad. Así la posibilidad de experimentación queda recortada en términos institucionales(3).

Frente a esto, fomentados por el crítico Juan Acha (Piura, 1946), los jóvenes artistas agrupados como Arte Nuevo(4) intentan crear una vanguardia dominada por los nuevos lenguajes artísticos antes mencionados. En esos días, surge la interrogante con respecto a las opciones estéticas del arte peruano: ¿se copiaba simplemente por estar a la par de los productores mundiales de arte, cómo evitar que se nos distinga como atrasados? ó ¿Existen fuerzas endógenas para reconvertir estas opciones estéticas en propuestas válidas? Acha se inclina hacia la última pregunta(5). Como duro crítico del provincianismo-indigenista, se refirió de este como el “servicio militar obligatorio del Arte Peruano”. Todo pueblo frena su transformación aferrándose a su pasado; con esta frase Acha empieza el artículo Las ideas doctrinarias y la pintura(6). En el Perú, buscó desligar a la pintura de todo tradicionalismo, con su respectivo efecto.

Años más tarde los sectores más empobrecidos del país cuestionan severamente la política liberal y de concesiones del régimen de Belaunde Un intento de vender la Empresa Estatal de Petróleo(7) a capitales extranjeros causó la debacle de su gobierno. Frente a esto el 3 de octubre de 1968 una junta militar presidida por el comandante general de la Fuerzas Armadas, Juan Velasco Alvarado, lo depone de su cargo e instaura un gobierno Revolucionario anticapitalista que se centró en la idea de superar el subdesarrollo y conquistar la Independencia Económica(8).

El gobierno de Velasco tuvo como meta difundir una política nacionalista-revolucionaria que se apoyó en referentes andinos para promover un acercamiento al pueblo. Propuso el idioma quechua como lengua oficial del Perú; usando los medios de comunicación, promovió el trabajo artesanal con la Asociación Inkarri. También contrata artistas plásticos que apoyaron al fomento de la campaña política y el desarrollo de la Reforma Agraria.

Al régimen, ligado más a las tendencias soviéticas y cubanas, decidió promocionar sus reformas sociales y políticas mediante el afiche. Para esto se acoge a la tradición del afiche cubano(9), el Pop y Op Art(10). Esta curiosa simbiosis enaltece la figura del indio. Las irónicas imágenes del Pop Art americano habían ayudado a despejar el camino para el nacimiento de una expresión realista muy peculiar que Jesús Ruiz Durand denominó “Pop Achorado”.

Mientras tanto, en la plástica occidental se vivía una nueva reflexión sobre el papel del artista en la sociedad. El movimiento de mayo del 68 en Francia, y en toda Europa, hizo resurgir el socialismo utópico del siglo XIX, (la capacidad de redención social del arte y la vocación rebelde de la creación artística). Este radicalismo provocó una “crisis de conciencia(11)”. En el conciente y sub conciente de los artistas estaba la idea de un “anti-arte” que se aleje del valor burgués-museo y que se adhiera a un estilo de vida.

Ruiz Durand junto a José Bracamonte, Emilio Hernández Saavedra, Carlos Gonzáles y Ciro Palacios, fueron quienes impregnaron al afiche Velasquista de esa peculiar estética “achorada”.

En estas obras se podía leer frases como “Reforma Agraria base de una nueva sociedad”, “El Azúcar[,] primera industria sin patrones en el continente americano”, “190 años después Tupac Amaru esta ganando la guerra”, “Tierra sin patrones”. De manera especial se trabajó la figura de Tupac Amaru II como prototipo del indio que tuvo valor para enfrentarse al poderoso opresor.

Fue el SINAMOS(12) quien difundió los afiches por todo el Perú(13). De pronto estas representaciones populistas se volvieron familiares para una clase que sintió su renacimiento en el Perú. El arte peruano se asocia gradual y explícitamente a discursos progresistas que buscan la reparación social y la restauración estilística a partir de figuras que son derivadas del indigenismo y las tradiciones andinas(14). Esto implica que la figuración nunca desapareció de la pintura peruana; se puede decir que es una constante que ha tenido y tiene tercos seguidores.

Este “Pop Achorado” luego adquirirá nuevas fisonomías que dieron su personalidad a nuestras artes .Esta expresión también tiene como carácter sustentativo de su valor la gran solvencia de recursos estéticos abstraídos a lo largo del tiempo de las más variadas fuentes artísticas de nuestra realidad y de las aportaciones permanentes que significan nuestra relación con el arte universal. El 29 de agosto de 1975, por decisión de la Fuerza Armada, Velasco Alvarado es reemplazado por el general Francisco Morales Bermúdez cuya administración desactiva las reformas planteadas por Velasco.


DE REGRESO A LA “DEMOCRÁCIA”. LOS AÑOS OCHENTAS.

Los origines de la violencia.

Los Tránsitos Múltiples de las artes plásticas en los ochenta demuestran una nueva “realidad”. Estamos en tiempos de democracia, de inflación galopante, de perestroika, de lucha armada que parte de las provincias y se ensaña con la ciudad la cual, a su vez, es poseedora de su propia violencia.

En noche víspera a las elecciones generales de 1980(15), el P.C.P.S.L. dinamita las ánforas y material electoral en Chuspi, un pequeño pueblo en Ayacucho. Lo cual sería la primera acción del PCP Sendero Luminoso, dentro de lo que denominaron “la guerra popular”.

Esto marcó el rumbo de lo que se desarrollaría durante todos los ochentas y comienzos de los noventas, la etapa más violenta de la historia peruana, con una violencia de los andes a las ciudades, con un terrorismo de guerrillas y un terrorismo de estado.

En el arte peruano, entra en escena la ya mítica figura del artista suizo-peruano Francisco “pancho” Mariotti, que había estudiado en París y Hamburgo, y participado activamente en eventos internacionales como la IV Documenta de Kassel o la X Bienal de Sao Paolo. Estas experiencias le permitieron, en el contexto del gobierno reformista de Velasco desplegar una actitud militante frente a la escena del arte ’culto’ haciéndose eco de la política cultural del gobierno. La organización de los festivales ’totales’ de arte –Contacta— le dieron un sitial protagónico que atrajo a diversos grupos de jóvenes artistas, no sólo fascinados por la novedad, sino por la sensación de que el país estaba siendo realmente transformado(16).

Mariotti –junto a un grupo de artistas— logró realizar una tercera versión de Contacta, avivando la idea de un arte más integrado con la sociedad desde una perspectiva comunitaria. Como resultado de esto se formaría el colectivo E. P. S. Huayco, quienes se autodenominaron los fundadores del no objetualismo Peruano.

Sus miembros fueron Francisco Mariotti, Herbert Rodríguez, Charo Noriega, Armando Willians, Juan Javier Salazar y Mariella Zevallos. Es un grupo alternativo(17) al circuito artístico comercial limeño y básicamente a todo el sistema “cultural burgués“; tuvo una estética marcada por su propuesta conceptual ligado a la premisa que todo arte es político.

El decenio de los 80 es básicamente la década de la violencia terrorista donde en la plástica domina el estilo figurativo y las temáticas relacionadas con lo popular urbano, la cultura “chicha“ y otras imágenes traídas por el "desborde popular". Son importantes también colectivos como Chaclacayo, los NN, Los Bestias. Según Alfonso Castrillón "aunque surcados de violencia y horror, la plástica de inicio los ochenta fue de una honesta sinceridad y nos acercaron a nuestra realidad social como nunca antes".

La serigrafía tuvo un gran desarrollo en esta época con el Taller NN de Alex Ángeles y Alfredo Márquez, Los bestias, Taller Made in Perú, Grupo Arte Oficio, Ediciones Chirimóyo, entre otros. Todos ellos recibieron de forma directa o indirecta la influencia de la grafica setentera de Ruíz Durand.

El horror que provocó la situación de lucha armada que se vivía en nuestro país tiene en Eduardo Tokeshi, Johanna Hamann, José Tola y a Jesús Ruíz Duran a sus mejores exponentes. Curiosamente los artistas comienzan a plasmar esa realidad entrado ya los 80. Estos no eran artistas de una misma generación.


UNA DICTADURA POR ELECCIÓN. LOS NOVENTAS

Entre el autogolpe del 5 de abril y el video Kouri-Montesinos.

Tras la caída del bloque soviético, y en los 90, nuestro país ingresa a la globalización, además ve caer a los máximos líderes de los grupos civiles levantados en armas. Gobierna el presidente Alberto Fujimori y su asesor Vladimiro Montesinos quienes establecen un régimen dictatorial que domina todos los poderes del estado y además compra la línea editorial de todos los medios de comunicación.

A partir del 5 de abril de 1992, un autogolpe donde se destituyó el congreso, el tribunal constitucional, y la defensoría del pueblo. Nos ayudó a visualizar lo que se presentaría durante los siguientes años.

Durante el transcurso de la década la idea de una dictadura se consolidó categóricamente. El congreso constituyente democrático elegido en 1992, totalmente oficialista, redacto la Constitución política del Perú de 1993, la cual fue aprobada por referendo público.

En 1995, fruto de una relativa estabilidad, paz y solvencia del estado peruano, fue reelegido Fujimori por votación popular consolidando su régimen y todo su aparato. De esta forma Fujimori se consolidó en un segundo gobierno con una amplia mayoría en el congreso y una dominación absoluta.

Lo más escandaloso de este segundo periodo fue la “Ley de la libre interpretación”, en alusión articulo 112ª de la Constitución Política del Perú, donde indicaba que el presidente sólo puede ser reelegido para un periodo inmediato. De esta forma la postulación de Alberto Fujimori a un tercer periodo (2000-2005) no sería constitucional. En su intento de poder totalitario el gobierno argumenta que la elección de Fujimori el año 1990 no contaba porque no se encontraba vigente la Constitución de 1993 sino la de 1979. En ese sentido se argumentó que el presidente-candidato sólo se había presentado como candidato una vez (1995), por lo que en el año 2000 se daría su segunda postulación.

El Tribunal Constitucional ante esta controversia, cuestionó y sancionó al parlamento la constitucionalidad de esta ley, lo que motivo que el Congreso de la República, de mayoría fujimorista, destituyera a tres de sus miembros. Estos hechos desencadenaron la crisis del gobierno y la consolidación de su imagen como dictador.


Son muchos los hechos que se dieron en este periodo, crímenes de lesa humanidad(18), “cortinas de humo”, recesión y finalmente lo que desencadenó el fin del régimen dictatorial: la corrupción generalizada de funcionarios públicos.

Los peruanos fuimos espectadores de la función cinematográfica más real y sincera que podamos recordar: “Los Vladivideos”, las cuales eran grabaciones efectuadas en el Servicio de Inteligencia Nacional donde se ponía en cinta la compra de conciencias y voluntades a los políticos.

El 14 de Septiembre del año 2000(19), apareció ante la opinión pública el primer “Vladivideo”, donde parece el asesor presidencial Vladimiro Montesinos entregando una fuerte cantidad de dinero al congresista de oposición Alberto Kouri, para que forme parte del oficialismo. Este hecho fue el primer paso a la caída del aparato corrupto, el 17 de septiembre Fujimori convocó a nuevas elecciones presidenciales y congresales.

En medio del este caos político e inestabilidad del gobierno Fujimori viajó el 13 de Noviembre a la reunión del APEC en Brunei, Asia, como representante del Perú. Al finalizar esta conferencia, viajó al Japón donde cobardemente presento su renuncia a la Presidencia del Perú ante el Congreso de la República, esto se dio vía fax y argumento falta de garantías para su vida y ensañamiento de los grupos opositores.

Con este hecho terminó la década de los noventas y la más nauseabunda crisis política de nuestra historia republicana reciente, donde el Perú se convirtió en un país sumido por la crisis, corrupción e inestabilidad.

Las intervenciones urbanas en Lima durante los noventas, la respuesta callejera a la coyuntura.

Luego del autogolpe de 1992, la oposición a la dictadura de Fujimori comenzó a caracterizarse por su debilidad simbólica pero, sobre todo, por su incapacidad articulatoria en términos de la formación de nuevos colectivos sociales. A la estrepitosa caída de los partidos políticos en el Perú, las pocas acciones de protesta que se realizaban siempre fueron vistas como hechos aislados producto de grupos sin mayor fuerza política. A nivel internacional, Marío Vargas Llosa se había convertido en un combativo opositor al régimen, pero en el orden interno -salvo excepciones como las del “Foro Democrático” o “Mujeres por la democracia”- destacaba realmente la ausencia de un verdadero movimiento ciudadano.

Frente a esta censura consumada se dio una respuesta por parte de los artistas peruanos, una respuesta alejada del circuito tradicional (museos, galerías, centros culturales, etc.), “Cubo blanco hermético” como diría H. Sayre (1989.). Una respuesta que tomó la calle como escenario, la intemperie como escenario. El arte pasó a masificarse, se articulo propuestas artísticas a forma de rechazo al régimen dictatorial. Algo que todos querían decir pero nadie se atrevía.

A partir de este momento se plantea estás intervenciones urbanas bajo el enfoque de apropiaciones, interacciones y planteamientos de la relación arte-realidad de esta forma de se propone la historia del arte peruano en la década de los noventas desde el registro y presentaciones de acciones artísticas en espacios públicos. Aquí podemos destacar el trabajo de: Colectivo Bichos, Colectivo Los de Lima, Arte Vida, Colectivo Los Aguaitones, Perú Fábrica, La Resistencia y “El Muro de la Vergüenza”, Colectivo Sociedad Civil y “Lava la bandera”.

Las censuras y sus formas.

Es en este contexto que los medios informativos comienzan a tener un papel protagónico en la escena política y social. La persecución política del gobierno afecta hasta a los artistas. Muchos de ellos son encarcelados(20), por mantener una temática y un discurso antagónico al gobierno de facto fujimorista.

Las censuras no solo fueron de carácter conceptual, se dieron casos concretos de atropellos a derechos humanos Al respecto cabe destacar a Alfredo Márquez, quien pasó cuatro años en un penal de máxima seguridad de Lima donde pintó un emblemático cuadro para su generación: “La Pacha – Kuti / Like a Virgen” que luego fue presentada en la exposición “Lo impuro y lo contaminado” y linda entre la estética del “Pop achorado” y el “Neo barroquismo”. Aquí aparece una vedette “Chicha”, con las nalgas abiertas en pose obscena, pero a la vez asumiendo una postura de santa, ligada a la idea del mito Inkarri(21).


El Medio Cultural.

El Perú al estar saliendo de una extrema violencia, se encuentra con una serie de aparatos estatales debilitados, el Instituto Nacional de Cultura, como un elefante blanco(22), el movimiento cultural es escaso, las grandes exposiciones de arte internacional no llegan al Perú.

El circuito oficial que lo constituyen las galerías de arte es escaso y elitista, son pocos los artista que logran estar dentro del circuito.

A finales de los noventa el Centro de Artes visuales de la Municipalidad Metropolitana de Lima, dirigido por Luís Lama, Juan Peralta, Sol Toledo, Tamira Basallo, Walter Carbonell, entre otros. Propone los festivales internacionales de Lima, lo cual desencadenó la producción de la Bienal Nacional de Lima, y Bienal Iberoamericana de Lima(23). Fue tanta la expectativa que despertó la bienal que Lima llegó a ser considerada “Ciudad Iberoamericana de la Cultura”.

Este proyecto finalmente fue descontinuando ante la nueva administración municipal.


A MODO DE CONCLUSIÓN

Todos estos tránsitos múltiples demuestran esta bitácora que resulta analizar el arte peruano. En un país pluricultural como el Perú, las fisuras, las rupturas, los Tránsitos Múltiples se diversifican, mutan y permutan. La raíz de este proceso está en el conflicto cultural propio de un país con ideales póstumos, mayormente(24).

Al analizar el arte peruano de estas dos décadas, nos vincula a la idea de Tránsitos Múltiples, esta frase puede tener (incluso) lecturas paralelas como: Transito atasco – movimiento. En caso de ser movimiento ¿A donde?, ¿hacia que lugares?, ¿en que dirección?. Teniendo en cuenta las reacciones que provoca esta palabra, se apunta a la vital función: la infinidad de lecturas y discursos que tiene la historia del arte peruano.


BIBLIOGRAFÍA

CASTRILLÓN, Alfonso.

Tensiones generacionales. Una cercamiento a las generaciones de artista plásticos peruanos. Lima: ICPNA – Banco Sudamericano, 2000.

¿El ojo de la navaja o el filo de la tormenta?. Lima: Editorial Universitaria Universidad Ricardo Palma, 2001.

Generación del 68: entre la agonía y la fiesta de modernidad. Lima: ICPNA – Banco Sudamericano, 2003.

La generación del ochenta. Los años de la violencia, Lima: ICPNA – Banco Sudamericano, 2004.

CONTRERAS, Carlos y CUETO, Marcos.

Historia del Perú contemporáneo. Lima: Pontifica Universidad Católica del Perú, 2000.

EDER, Rita y LAUER, Mirko.

Teoría Social del Arte, bibliografía comentada. México, D.F.: Universidad Nacional Autónoma de México, 1986.

FLORES-HORA, David.

“Tránsitos múltiples: Dictaduras militares y arte en el Perú entre los años 68 y 80”, En: Arte y Crisis en Iberoamerica. Segundas Jornadas de Historia del Arte. Santiago de Chile.: RIL. Editores, 2004. Pp 253- 260.

“INTERACCIÓN-INTERVENCIÓN, ¿De que nos morimos de Hambre?”, En: ARTE MARCIAL, Revista de Arte, Crítica y Ensayo. N° 3. Lima.: Mano Dura Editores, 2005. Pp 15.

HERNÁNDEZ CALVO, Max y VILLACORTA Jorge.

Franquicias Imaginarias: Las Opciones Estéticas en las Artes Plásticas en el Perú de Fin de Siglo. Lima: Pontificia Universidad Católica del Perú, 2002.

LAUER, Mirko.

Introducción a la pintura peruana del siglo XX. Lima: Mosca Azul Editores, 1976.

LORA CAM, Jorge.

Los orígenes coloniales de la violencia política en el Perú. Lima: Juan Gutemberg ediciones, 2001.

LUMBRERAS, Luis G. ET AL.

En que momento se jodio el Perú. Lima: Editorial Milla Batres, 1990.

MARTUCCELLI, Elio.

Arquitectura para una ciudad fragmentada, ideas, proyectos y edificios en la Lima del siglo XX. Lima: Centro de Investigación de la Universidad Ricardo Palma, 2000.

MUSEO DE ARTE DE LIMA.

El arte en el Perú, obras del Museo de Arte de Lima. Lima: Museo de Arte de Lima-PROM Perú, 2001.

PEREIRA, Raúl María.

“Ensayo sobre la pintura peruana contemporánea”. En: El Arquitecto Peruano, Nº 59, p. 6.

VILLACORTA, Jorge y Del Valle, Augusto.

“Otra actualidad las artes plásticas en el Perú”, En: Ars Novoa, 1/02, 2002. Pp 4-23


NOTAS

(1). El antecedente más importante de estas fricciones es la fundación de la Escuela de Bellas Artes de Lima, el 15 de abril de 1919. En este primer centro de formación artística estatal se forja el primer “nacionalismo plástico”: el Indigenismo. En este contexto y en armonía con Mirko Lauer, el indio asume como un “protagonismo silencioso”. Las elites artísticas lo toman únicamente como símbolo de conciliación a partir de un “homenaje a la raza”. Plásticamente esta corriente estuvo influenciada por el muralismo mexicano. El primer director de Bellas Artes, Daniel Hernández, pese a tener una formación académica en Europa e implantar el academicismo en Bellas Artes, defendió la formula de una pintura nacional. Elio Martuccelli indica que esto fue una reacción “para no ser una sucursal de Europa”. Su sucesor, José Sabogal, asumiendo una postura de rechazo al academicismo de Hernández, radicalizará el enunciado imponiendo una estética indigenista a todo el alumnado. En un ensayo sobre la pintura peruana contemporánea, Raúl María Pereira comenta como Se propugnó el alejamiento de Europa como patrón cultural y la formación de una escuela local independiente de los avances de la plástica occidental. De esta forma este Indigenismo peruano tuvo como propuesta un arte de identidad que devino en un arte de forma, pero carente de contenido.

Contrarios al dogma del Indigenismo de Bellas Artes comenzó a brotar la idea de una independencia y es así como surgen los pintores independientes” pero que no fue una tendencia totalmente vanguardista sino, en el mejor de los casos, un movimiento “Neo-indigenista” pero con un carácter rebelde. A diferencia de los indigenistas, y emulando al salón parisino, expusieron en lugares “independientes” y se procuran una “mayor libertad” y destreza técnica en la pintura acorde a la plástica internacional.

No es la temática lo que los diferencia con los seguidores de Sabogal, sino su libertad de tendencias (eclecticismo), técnicas y distanciamiento con las disposiciones de la academia. Si bien los independientes procuraron en alguna medida liberar al arte de las ataduras del indigenismo cayeron en el desacierto de no consignarle un sello particular que poseyera los caracteres de un arte nacional. En pleno auge del Indigenismo, los Independientes y las críticas de Juan Ríos y Raúl María Pereira, se inicia en el arte el gusto por la polémica y el debate que fue importante para la concientización y validez de los nuevos estilos asumidos por los futuros artistas.

(2). Este fue el título de un ciclo de exposiciones que tuvo como curador al historiador del Arte, Alfonso Castrillón Vizcarra. Constó de 5 partes: Tensiones Generacionales: Un acercamiento a las generaciones de artistas plásticos peruanos (2000), Los Independientes: distancias y antagonismos en la plástica peruana en los años 37 al 47 (2001), De abstracciones, informalismos y otras historias (2002), La generación del 68: entre la agonía y la fiesta de la modernidad (2003) y La generación del ochenta, los años de la violencia (2004). Fue en la Galería Germán Krüger Espantoso, del Instituto Cultural Peruano Norteamericano (ICPNA).

(3). VILLACORTA, Jorge y Del Valle, Augusto. “Otra actualidad las artes plásticas en el Perú”, En: Ars Novoa, 1/02, 2002, p. 7.

(4). Grupo integrado por Ernesto Maguiña, Consuelo Rabanal, Leonor Chocano, Luis Zevallos Hetzel, Luis Arias Vera, Teresa Burga, Jaime Dávila, Gloria Gómez Sánchez, Hilda Chirinos, Eduardo Castillo.

(5). Cfr. CASTRILLÓN, Alfonso. Generación del 68: entre la agonía y la fiesta de modernidad. ICPNA – Banco Sudamericano, Lima 2003. p. 20.

(6). NAHUACA, Juan. Las ideas doctrinarias y la pintura. El Comercio, Suplemento Dominical, Lima, 20 de junio, 1958. p. 8.

(7). Empresa que luego se conoció como PETROPERU.

(8). CONTRERAS, Carlos; CUETO, Marcos. Historia del Perú contemporáneo. Pontifica Universidad Católica del Perú, Lima, 2000, p. 310.

(9). Esta escuela cubana estuvo influenciada por la escuela Checa.

(10). Tendencias totalmente estadounidenses, antagónica a los proyectos nacionalistas del gobierno militar.

(11). LAUER, Mirko. Op. cit., p. 67.

(12). Sistema Nacional de Movilisación Social, órgano del gobierno militar encargado de la difusión de los proyectos y logros del régimen.

(13). La reproductividad fue la inigualable ventaja de la gráfica Offset.

(14). Cfr. HERNÁNDEZ CALVO, Max y VILLACORTA Jorge. Franquicias Imaginarias: Las Opciones Estéticas en las Artes Plásticas en el Perú de Fin de Siglo. Pontificia Universidad Católica del Perú, Lima, 2002, p.41.

(15). La cual ganó Fernando Belunde Terry, y sería su segundo gobierno. 1980-1985.

(16). VILLACORTA, Jorge y Del Valle, Augusto. “Otra actualidad las artes plásticas en el Perú”, En: Ars Novoa, 1/02, 2002, pg 7-8.

(17). “Alternativos”.

(18). Asesinato a nueve estudiantes y un profesor de la universidad Cantuta; y asesinato en una pollada en barrios altos. Entre otros hechos efectuados por el Grupo Colina, comando para-militar dirigido por Santiago Martin Rivas, formando por un escuadrón de Elite de las fuerzas armadas peruanas.

(19). A menos de dos meses después de la toma de gobierno por tercera vez de Alberto Fujimori, en un clima de denuncias por fraude durante las elecciones presidenciales del 2000, donde fue derrotado el candidato opositor Alejandro Toledo.

(20). Acusados de los delitos de sedición, apología al terrorismo y traición a la patria.

(21). Mito muy difundido en la sierra del Perú donde se relata que el Inca resucitará en algún lugar del Cusco y devolverá a su pueblo el poder y prestigio que tuvo en el Tahuantinsuyo.

(22). Algo que no cambia hasta la elaboración de este texto, agosto 2006.

(23). En el año 2003, y con la nueva administración municipal del Alcalde Luís Castañeda Lossio, de desactivó el Centro de Arte Visuales y por ende la Bienal de Lima dejo de darse pasando a ser parte de la historia, la última bienal fue en Junio del 2002.

(24). Cfr. VILLACORTA, Jorge y Del Valle, Augusto, Otra actualidad las artes plásticas en el Perú, En: Ars Novoa 1/02, Ameda Ediciones, Barcelona, 2002.

------------------------------------------

Foto 1. LUIS ARIAS VERA. SOBRE N° 41. 1967. Óleo sobre tela, 63 x 75.

Foto 2. EMILIO HERNÁNDEZ SAAVEDRA. TIERRA SIN PATRONES, c1970.

Foto 3. Abimael Guzman. Líder del grupo subversivo Sendero Luminoso. Que implanto una violencia solo comparable con la violencia implantada por el estado peruano.

Foto 4. Francisco Mariotti en su juventud. (Tomado de a revista DU, junio, 1972).

Foto 5. JUAN JAVIER SALAZAR. PERÚ. PAIS DEL MAÑANA (PROYECTO PARA HACER UN MURAL CUANDO TENGA LA PLATA. MAÑANA). 1981. Pintura sobre triplay. Colección Micromuseo (al fondo hay sitio).

Foto 6. Ciudadano japonés Alberto Fujimori, quien implantó un régimen dictatorial entre loas años 1900-2000.

Foto 7. Eslogan de Fujimorista en una calle de Lima.

Foto 8. Afiche de circulación internacional, con el pedido de extradición al genocida japonés.

Foto 9. El Bus de la Democracia, Intervención en espacio público, del colectivo “Los Aguaitones”.

Foto 10. El miercoles 14 de julio del 2004, Alan García agredió a Jesus Lora con un puntapié, es el gesto más negativo de la vida politica del Perú del último tiempo. Este agresor es Presidente del Perú desde el 28 de julio del 2006.

No hay comentarios: