10.2.08

LA PIEL DE UN RÍO

La crítica de arte Elida Román hace una reflexión, en su columna de hoy domingo 10 de febrero de 2008, en Luces de El Comercio, sobre la exposición “La Piel de un Río”, curada por Christian Bendayán en el Centro Cultural de San Marcos.

EN LA CASONA (II): "LA PIEL DE UN RÍO"

Por: Élida Román


"La piel de un río: La Amazonía en el arte contemporáneo" reúne la obra de un numeroso grupo de artistas en torno al tema del título, en un nuevo emprendimiento por la revalorización de la cultura y el arte amazónicos, liderado por Christian Bendayán, artista él mismo y, en este caso, también promotor del proyecto.

En el conjunto resultante pueden distinguirse, claramente, tres orientaciones o guías en las obras presentes. La primera, los que viven con intensidad esa realidad, tratando de transmitir un mundo mágico y exuberante, donde la naturaleza parece estallar y crecer constantemente, y a la vez, se vuelve espacio común de hombre, fauna y flora en una comunión naturalmente resuelta y en un condicionamiento a usos y conductas estridentes, sensuales y desbordadas, cuando se manifiesta en los espacios urbanos. En este grupo encontramos la obra del mismo Bendayán, de Gino Ceccarelli, o la espontaneidad de Lewis Sakiray, la vivencia tan bien expuesta de Miguel Saavedra, y el mundo peculiar y asombroso de Rember Yahuarcani. La segunda opción es la de quienes, tomando contacto con este ambiente, por momentos alucinante y agobiante, pero siempre fascinante, han trasladado a un mundo simbólico esas mismas vivencias y, con instrumentos visuales de su propio mundo, han buscado la representación precisa, intensa de aquel. Aquí podemos mencionar a Armando Williams, utilizando líneas encintadas y rítmicas, volubles y continuas, individualizadas en color, o Harry Chávez con una obra que mezcla el erotismo con la ternura y donde los materiales utilizados se integran con la imagen en una conjunción afortunada, o la recreación de diseños tan precisa y lograda de Charo Noriega, y por fin, aun en su hiperrealismo perfecto, el simbolismo metafórico en las pinturas de Diana Riesco, para concluir con el trabajo estupendo de José Bedia, cubano y continental.

Y por último todos los que trataron de acercarse a un tema propuesto pero centraron la preocupación en los modos y estilos, antes que en el sentido, quizás atrapados por esa urgencia de innovar antes que expresar. En tal caso están las instalaciones propuestas en el pasillo de acceso a la sala de exposición, donde las vacilaciones y esfuerzos son notorios y el resultado, negativo. Cuando encontramos este tipo de problemas, la pregunta sobre el origen de la falla aparece de inmediato. La instalación no puede ser una acumulación o agrupación de objetos varios, dispuestos con voluntad de presencia impactante, sin lograr integrarlas a un sentido. Cuando es así, el resultado puede ser una divagación abstrusa, un gesto privado y casi íntimo, pero no llega a ser la imagen total que perturbe, inquiete y obligue al diálogo.

De todos modos, es una exposición que debe verse y, por supuesto, comentarse.

En la misma Casona también debe visitarse una breve y didáctica exposición en homenaje al aniversario del Museo de Arqueología y Antropología, sito en el mismo complejo, museo que siempre destaca por sus exposiciones de cuidada investigación e impecable ejecución.

1 comentario:

Anónimo dijo...

cual es la casona II.
deberian indicar la direccion o alguna rferencia..