3.3.08

BRUNO PORTUGUEZ: LA REVUELTA DEL RETRATO

A continuación un texto de Renato Pita Zilbert, colaborador permanente de esta bitácora, sobre la exposición “100 retratos de viento y de fuego” del artista Bruno Portuguez, que se llevó a cabo en el Centro Cultural de la universidad Nacional Mayor de San Marcos entre el 18 de enero y 18 de febrero pasado.

BRUNO PORTUGUEZ: LA REVUELTA DEL RETRATO

Por: Renato Pita Zilbert

La historia le jugo sucio al arte del retrato, digamos, a ese viejo oficio entre óleos y trementinas. Primero la cámara fotográfica desplazó un tanto al pulso retratista, y luego, la famosa era de la reproducción técnica hizo lo propio perfeccionando el desplazamiento. Inmediatamente después, el advenimiento de la posmodernidad con su peculiar y superfluo placer por la carrera de caballos de lo novedoso, arrimó un tanto más el oficio retratista hacia el vacío comercial. Solo faltaba la estocada final, cosa que quizá cumple a cabalidad la era del arte digital y los nuevos medios.

Pero el retrato vive como disciplina. Bruno Portugués (Lima, 1956) es un artista que trabaja intensamente el retrato, el retrato hecho a mano. El retrato hecho a mano no es sino el oficio de conjugar vida propia y vida otra: el pulso del retratista hacia el impulso del retratado, y viceversa. La cosa es que, ciertamente, hacer un retrato involucra el trabajo profundo de la expresión, del gesto, de la mirada que se materializa gracias al temperamento recreador sobre pinturas de luz u oscuridad.

En “100 retratos de Viento y Fuego” (enero, 2008), Bruno nos ofrece años de convicción, de fe en el retrato. Un serie de trabajos que muestran la destreza técnica en diversos materiales, como el óleo, la tinta o el carboncillo; una serie de casi cien trabajos que vuelven una y otra vez al temperamento característico Bruno: la pincelada en bloque y agitada, la intensidad encendida de los colores, los contrastes encaballados, los trazos de valor animados, las tintas fugaces de lapicero o las concretas de pincel. Además, consideremos la variedad de formatos (llegando incluso a dos miniaturas, de las cuales una es un excelente autorretrato) que simplemente ratifican la versatilidad del artista. Esta demostración técnica, aunque desigual en instantes, no deja de invitar al trabajo y al reconocimiento, avivando en todos sentidos el oficio de retrato.

Bruno Portuguez Nolasco es un artista que, ejerciendo con especial denuedo el oficio del retrato, ha encontrado un lenguaje personal sostenido en el cuerpo y color de su identidad nacional. Sus óleos (y no solo los retratos) nos han de remitir, por el gesto y color, al indigenismo de Sabogal y al socialrealismo de Pancho Izquierdo. Habría que hacer una evaluación de los óleos de este artista que no sean retratos, en ellos veremos otros motivos y por lo tanto otra faceta. La vida andina de nuestro Perú convive, a veces mágicamente, a veces apretadamente, con las necesidades estéticas de sus composiciones.

En cada retrato, Portuguez afirma las raíces nacionales de donde parte su creación. Esta afirmación, sin embargo, no se limita al plano estético. Una de las principales virtudes de “100 retratos de Viento y Fuego” es que puede considerarse un valiosísimo aporte a la memoria viva de nuestra historia colectiva. Este aporte es una memoria conciente de sí misma y de su rol histórico. En esta muestra podemos encontrar retratados realizados con maestría de Manuel Scorza, Washington Delgado, Hildebrando Pérez Grande, Julian Huanay, Máximo Damian, Jaime Guardia, Manuelcha Prado, Carlos Hayre, Teodoro Nuñez Ureta, Domingo Pantigoso, Humareda, Carlos Chino Domínguez, etc, etc, etc. Una impresionante muestra de un mundo cultural peruano de, quizá, los últimos cincuenta años. Bruno, con cada uno de estos lienzos se hace parte de ese universo que retrata, y esta exposición no es sino una confesión de parte de este humanizado Perú pintado. Entonces, las raíces nacionales de las que hablamos líneas arriba, son el basamento de esta especie de gran árbol genealógico que nos pinta Bruno con la entrañable razón y corazón de la mano. Resultado de esta unidad son, por ejemplo, los excepcionales óleos donde resaltan Vallejo y Arguedas.


Esta muestra es una confesión de parte hemos dicho, y es que se hace evidente que estamos ante un Perú original. El imaginario de la muestra está conformado principalmente por una gran cantidad de peruanos y peruanas trabajadores de la cultura, que lucharon o luchan con persistencia por este país de todas las sangres, por una realidad no tan ajena y sí más nuestra, más profundamente peruana. En ese camino retratado, Bruno desarrolla su trabajo, encontrando una especial unidad de motivo.

Por estos motivos la obra de Bruno Portuguez destaca y aporta. Su constancia en el retrato es a causa del encargo ético de la historia, el arte y la identidad nacional y no del encargo comercial, una de las principales fuentes del oficio retratista. El artista hace permanecer la personalidad en la imagen con profundo valor artístico.

Empezamos haciendo notar el desplazamiento de la creación retratista en el arte. Ahora cabría preguntarnos ¿Cuáles serían los principales aportes del retrato que, hoy por hoy, debemos tener en cuenta? El trabajo de Bruno Portuguez nos invita y aproxima al encuentro de prontas respuestas.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

El más grande pintor vivo es un retratista: Lucian Freud; así que el retrato no está muerto está más vivo que nunca; claro, aquí estamos en nada, pero basta mirar un poco a los centros del arte para comprobar su posicionamiento. Vi la exposición de Portuguez, 3 ó 4 veces. Me gustó mucho, mucho más que la armada por Bendayán y el ya cansino discurso amazónico. Buen post.

Gustavo Emé dijo...

Lucian Freud es un genio. O porque no recordar a Rembrandt mi querido iván f-d, alguien que en verdad ha pintado cuadros que parecen asombrar mas que la realidad.

Anónimo dijo...

Toda la razón, Emé: Rembrandt destroza la realidad realísticamente. Estoy seguro que ha de ser uno de los pintores que Freud venera, además de los empastes y la profundidad salvajemente espiritual de sus retratos; aspectos que tú has podido comprobar in situ frente a sus pinturas o más bien milagros para ser casi exactos.

Anónimo dijo...

Hola, saludos por su trabajo, muy interesante...

Enrique.

nilton quino portuguez dijo...

bruno portuguez , traza en sus dibujos su espiritu de lucha, y su calidad de hombre, soy admirador de su obra desde que tengo razon en este mundo, muchas felicidades y exitos

nilton quino portuguez