23.4.07

EL POP EN EL PERÚ

“Tantas veces Andy Warhol”, es el nombre del proyecto multimedia del periódico El Comercio de Lima que fue elaborado con el diseño y realización de Sergio Fernández, textos de Pierina Papi y Carlo Trivelli y entrevistas a Alfredo Márquez y Gustavo Buntinx y que puede ser visto aquí. En el marco de esta investigación, a continuación algunas reflexiones sobre el Pop en el Perú.

EL POP EN EL PERÚ.

Por: David Flores-Hora

I

El término pop art, (abreviatura de popular art) fue utilizado por primera vez por el crítico británico Lawrence Alloway (1926-1990) en 1957. Este término definió a una generación de artistas que, primero en Gran Bretaña y luego en Estados Unidos, reivindicaron la realidad de una "nueva cultura popular", como reacción contra el elitismo artístico promovido por el expresionismo abstracto que había dominado en la pintura durante el final de los años 40 y principios de los 50.

El arte pop tiene una gran carga figurativa y sus temas provienen de los íconos de la cultura de masas, las ilustraciones de revistas y periódicos, la publicidad, los objetos de consumo, la comida rápida, etc. El público inicial que presenció las obras de los artistas pop, sintieron la cercanía con un mundo conocido y comprensible, los objetos banales de la vida cotidiana pasaron a la categoría de obras de arte.

El pop art tuvo en Inglaterra sus primeras manifestaciones. Grandes aportes surgieron en las discusiones sobre cine, publicidad, comunicación de masas y música de Independent Group, (integrado por artistas, críticos, escritores y arquitectos que se reunían en el Instituto de Arte Contemporáneo de Londres). Richard Hamilton, Eduardo Paolozzi y Lawrence Alloway son algunos de los representantes de ese primer momento del pop inglés. Un segundo momento, donde figuran Richard Smith y Meter Blake, se sitúa entre 1957 y 1961. La tercera y última generación se dio en 1961 y con las figuras de Ronald Kitaj, David Hockney, Allen Jones y Peter Phillips.

A pesar del desarrollo inicial británico, donde en realidad se arraigó el pop fue en Estados Unidos, y sus protagonistas fueron Tom Wesselmann, James Rosenquist Andy Warhol, Claes Oldenburg, y Roy Lichtenstein.


II

Al hablar del caso peruano, y su cercanía al Pop art, ubicamos la década del sesenta. Momentos donde la escena plástica vive un ritmo acelerado de recepción de las tendencias internacionales. Ocurre ese cambio del centro mundial del arte de Paris a New York (que ya antes nos referimos en este espacio), nos incorporamos al expresionismo abstracto, también nos asimilamos al informalismo europeo, que se desarrolló en paralelo al expresionismo americano. Otros pintores siguieron en la senda de la abstracción pero en el ámbito del Op. También entró al escenario el figurativismo del Pop Art y el arte de concepto.

En nuestro país, en el ámbito de los valores culturales y de algunas esferas de la ‘alta’ cultura local, todavía se prefiere a Francia y Europa. Esto explica que nuestra vieja élite rechace el Pop. Estos antiguos seguidores de la abstracción tenían como foco el Instituto de Arte Contemporáneo (IAC) el cual suscribía el concepto de internacionalismo y prefiere la obra de autor reconocido como afirmación objetiva de que el arte es un valor de modernidad. Así la posibilidad de experimentación queda recortada en términos institucionales (VILLACORTA y DEL VALLE, 2002: 7).

Frente a esto, fomentados por el crítico Juan Acha (Piura, 1946), los jóvenes artistas agrupados como “Arte Nuevo” operan los nuevos lenguajes artísticos antes mencionados. En esos días, surge la interrogante con respecto a las opciones estéticas del arte peruano: ¿se copiaba simplemente por estar a la par de los productores mundiales de arte, cómo evitar que se nos distinga como atrasados? ó ¿Existen fuerzas endógenas para reconvertir estas opciones estéticas en propuestas válidas? Acha se inclina hacia la última pregunta (CASTRILLÓN, 2003: 20). Como duro crítico del provincianismo-indigenista, argumenta una actitud desfasada a lo tradicional.

Las primeras manifestaciones de un cambio real en pintura se dan a mediados de los sesentas en la obra de Emilio Hernández Saavedra y Jaime Dávila. En su pintura abstracta se comienzan a ver símbolos geométricos y evocaciones industriales, dándose un primer acercamiento al Pop Art.

Algunos de los artistas que asumieron la estética Pop fueron: Luis Arias Vera, quien reprodujo elementos de consumo masivo como sobres de carta; Luis Zevallos Hetzel, que ganó en 1969 el Premio Nacional de Pintura de Ancón con una obra que reproduce un almanaque publicitario, lo cual da origen a la protesta del público que lo acusaba de plagiador. Esto genera un debate sobre lo que es y no es una copia. El crítico Juan Acha en su articulo “Arte Pop: Procedimientos y finalidades” (El comercio. Suplementos Dominical. Lima 25 de mayo de 1969, Pp 38, 39), explica -fruto de su vasto conocimiento, bibliografía y referencias con el arte internacional- la formas como los artistas Pop toman y en algunos casos se apropian, de elementos publicitarios, mediáticos y de consumo masivo.

El historiador del arte peruano Alfonso Castrillón opina sobre estos antecedentes y expresa:

“Hay que destacar también el carácter efímero de algunos de nuestros trabajos Pop, que ha hecho que muchas obras desaparezcan y queden consignadas solo en el registro de un periódico: al final resulta más importante el dato que el objeto mismo. Por su carácter, el Pop peruano queda como un ejercicio gratuito, dentro de la esfera lúdica, como etapa de rápido pasaje que, incluso, está fuera de mercado. En el Perú el Pop no tuvo el trasfondo crítico que le dio credibilidad en Estados Unidos y se convirtió, en cambio, en la exaltación deslumbrada de la sociedad de consumo” (CASTRILLÓN, Op.Cit: 37).


III

Con el gobierno de Juan Velasco Alvarado, el Perú se acerco a tendencias soviéticas y cubanas, y acogiendo esta experiencia se utilizó el afiche como medio para promocionar las reformas sociales y políticas.

En este contexto el Pop Art, dejó de la simple imitación y pasó a reinterpretarse. El afiche del SINAMOS (Sistema nacional de movilización social) adquirió características propias, se trató en muchos casos de la fusión del Pop y Op Art (Tendencias estadounidenses y totalmente antagónica a los proyectos nacionalistas del gobierno militar). Esta curiosa simbiosis enaltece la figura del indio. Las irónicas imágenes del Pop Art americano habían ayudado a despejar el camino para el nacimiento de una expresión realista muy peculiar que Jesús Ruiz Durand denominó “Pop Achorado”.

Dentro de ese clima de revolución, exaltación de la figura de Tupac Amaru II, y reformas Ruiz Durand junto a José Bracamonte, Emilio Hernández Saavedra, Carlos Gonzáles y Ciro Palacios, fueron quienes impregnaron al afiche Velasquista de un verdadero compromiso y cercanía a una tendencia peruana.

En estas obras se podía leer frases como “Reforma Agraria base de una nueva sociedad”, “El Azúcar[,] primera industria sin patrones en el continente americano”, “190 años después Tupac Amaru esta ganando la guerra”, “Tierra sin patrones”. De manera especial se trabajó la figura de Tupac Amaru II como prototipo del indio que tuvo valor para enfrentarse al poderoso opresor. El arte peruano se asocia gradual y explícitamente a discursos progresistas que buscan la reparación social y la restauración estilística a partir de figuras que son derivadas del indigenismo y las tradiciones andinas (HERNÁNDEZ CALVO y VILLACORTA, 2002: 41).

Como dice Gustavo Buntinx el Pop Art pasó de la imitación, a la metabolización, los referentes del pop internacional sirven de plataforma para sustentar un discurso propio de la coyuntura peruana.


IV

Ya entrando a los ochentas, esta ola de sinceramiento en la plástica peruana no se detuvo, experiencias como E.P.S. (Estética de Proyección Social) Huayco pervivieron en el inicio de guerra interna, una guerra silenciosa del campo a las ciudades.

E.P.S. Huayco se estableció en momentos de “regreso” a la “democracia” y de la masificación (y rápida extinción) de la izquierda peruana, sus integrantes: Francisco Mariotti, María Luy, Rosario Noriega, Lucy Angulo, Herbert Rodríguez, Juan Javier Salazar, Armando Williams y Mariela Zevallos hicieron suyo una simbiosis entre lo artístico y la política.

El pop art peruano en este momento adquirió una estética del reciclaje, tanto formal (latas de leche vacías), como conceptual (la imagen de Sarita Colonia). Esta evocación a la realidad migrante-andina está constituida como una imagen de culto en la historia del arte peruano, donde la muchacha provinciana a quien se le atribuye milagros y despierta mucha devoción (nunca reconocida por la iglesia católica), se convierte en un icono de cómo “solo lo popular es realmente moderno hoy en el Perú”. (Texto de Mirco Lauer que acompañó la exposición “Arte al Paso“ de E.P.S. Huayco en mayo de 1980).

A mediados de los ochentas Los bestias, (Alfredo Márquez, Elio Martucelli, Herbert Rodriguez, entre otros estudiantes de Arquitectura de la Universidad Ricardo Palma) continuaron un trabajo de agitación y accionismo que devino en la formación del taller NN.

En 1989 la “carpeta negra” de este taller fue seleccionada para ser expuesta en la Bienal de la Habana, esta carpeta contenía iconos de la política pero con un estética Pop. Como lo expresa Alfredo Márquez, uno de los creadores de esta carpeta negra, los referentes no provenían precisamente del Pop internacional, en realidad la visualidad que más se acercó a los NN fue la calle misma, los referentes urbanos que fueron tomados y asumidos para continuar el desarrollo del Pop Peruano.


V

A mediados de los noventas apareció un generación de artistas que se formaron en medio de la agobiante dictadura que Alberto Fujimori y Vladimiro Montesinos implantaron en el Perú. Artistas como Jorge Miyagui impregnan su estética pop de referentes de la cultura de masas e imágenes del inconsciente colectivo, de esta forma en el trabajo de Miyagui personajes de la política aparecen en un solo plano con personajes del manga, referentes y personajes de la vivencia urbana y con un desborde cromático de una ciudad como Lima. De esta forma el activismo, y la denuncia, de este artista se percibe como una sutil y lúdica puesta en escena donde los personajes que nos gobiernan en realidad juegan y participan en una gran orgía.

Otro artista coetáneo es Jaime Domenack, quien maneja un gran discurso teórico, el se acerca al arte Pop también utilizando personajes del inconciente colectivo como Tupac Amaru II y el poeta Luís Hernández. La propuesta de Domenack fluctúa también con un estética glan, este artista asume una mayor carga al convertirse (o travestirse) en Dj Tupac, un Dj con iconografía de sindicalista de los setentas que pone música en cuanto espacio sea propicio.

Fernando Gutiérrez, más conocido como Huanchaco, trabaja el comic, pero con una carga local, donde se acentúa la convivencia en Lima. Con esta mirada urbana-marginal Huanchaco y su “criollada” limeña muestra personajes “achorados” como héroes de realidad o de ficción. Con su personaje “Super Chaco” un neo-cristo que intenta hacer su justicia en una ciudad caótica, un anti-heroe creado por Huanchaco, por momentos Pop y por momentos kitsch, pero totalmente peruanizado.


VI

A imagen y semejanza fue un proyecto que iniciando este milenio coincidió los referentes Pop con lo neo-barroco, imágenes que hacen alusión al pasado colonial-barroco.

Marcel Velaochaga, Angel Valdez, Alex Angeles, Alfredo Márquez, Carlos Lamas entre otros, impregnan a estos trabajos los iconos del bombardeo mediático y las imágenes de consumo que purifican lo sacro-colonial, convirtiéndolo “a imagen y semejanza”, en una nueva devoción.

De esta manera, lo “Barroco” -o lo “Estrambótico” o “confuso”- como lo definió Jean Jacques Rousseau, sirve de plataforma para elaborar un discurso tan complejo como la “Caja Negra” de Alfredo Marquez y Ángel Valdez, este trabajo del 2001 intenta a modo de una caja negra (valga la redundancia) rastrear y/ registrar el momento pre-apocalíptico, un segundo antes de la destrucción.

Este aparato instalado en la cabina de mando de cualquier avión registra las conversaciones y detalles de un vuelo fatídico, de esta forma Márquez y Ángeles utilizan este concepto y se apropian de elementos de la “nueva crónica y el buen gobierno” de Guaman Poma de Ayala donde Babilonia y Jerusalén mutan con imágenes del frontón en llamas, o la trinidad mesiánica da paso a sinchis y guerrilleros emerretistas.

Este mismo concepto se pudo ver en la exposición “Inkarri, vestigio barroco” que Alfredo Márquez curó en septiembre del 2005 en el Centro Cultural de España en Lima.


VII

El pop en el Perú es una sucesión pendiente y poco estudiada escrupulosamente como secuencia, que indudablemente da pie a estudios mayores. En el años 2000 la exposición “Referentes Pop en el arte peruano” en el Museo de Arte del Centro Cultural de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, pudo aproximarse a una toma de pulso de lo que es el arte pop en ese momento.

Sin embargo podemos argumentar un hilo conductor en el arte pop peruano, un hilo conductor que desde los afiches de Ruiz Durand hasta lo neo-barroco marcan a la plástica peruana de un estilo propio e inacabado.

BIBLIOGRAFÍA

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FOTOS:

Foto 1. Página de presentación del Proyecto Multimedia del periódico El Comercio de Lima “Tantas veces Andy Warhol”.

Foto 2. EMILIO HERNÁNDEZ SAAVEDRA. Twiggy, 1967.

Foto 3. JESÚS RUIZ DURAND. Reforma Agraria, 1969.

Foto 4. E.P.S. HUAYCO. Sarita Colonia, Loma Panamericana Sur, 1980.

Foto 5. JAIME DOMENACK, Volvo Vuelve, 1999.

Foto 6. ALFREDO MARQUEZ y ANGEL VALDEZ. Caja Negra. 2001.

1 comentario:

Anónimo dijo...

mas de 30 anios de Pop en peru eso esta muy cool !!