UN CARTEL QUE HABLA.
ENCUENTROS Y CERCANÍAS ENTRE EL AFICHE PERUANO DEL SINAMOS Y EL AFICHE CHILENO DE LA UNIDAD POPULAR.
Por: David Flores-Hora
EL ESCENARIO PREVIO
Antes de hacer un análisis de la gráfica peruana y chilena, es importante definir algunos antecedentes como los orígenes de las academias de arte en estos países. La escuela nacional de Bellas Artes de Lima es fundada el 15 de abril de 1919, siendo su primer director Daniel Hernández.
En sus inicios en ambos centros superiores de formación no existía una intención de formar grafistas. Contrariamente al avance de la imprenta y editoriales tanto en el Perú como en Chile, la mayoría de profesionales que luego serían conocidos como artistas gráficos (los cual implicaba la sumatoria de las bellas artes y la imprenta, que inmediatamente hacia alusión a dos sectores de la sociedad muy diferenciados)[1], tenían una formación básicamente empírica.
En 1916, (tres años antes de la fundación de
En ambos escenarios, y obviamente en momentos distintos, se dio una controversia sobre el sentido utilitario que podría tener las artes gráficas en una escuela superior de arte. Fruto de esta disputa en Chile se creó
Entrando casi a los años cincuenta, el Perú vivía otra de sus constantes disputas: Los Abstractos vs. Los Figurativos. La crítica de arte peruana se polarizó y totalizó entre estas opciones donde Luís “Cartucho” Miró Quesada Garland y Sebastián Salazar Bondy, respectivamente, fueron los que dieron mayores aportes teóricos. De esta forma el arte gráfico era casi desapercibido y no perdía su carácter de subsistencia autodidacta. Contrariamente a esto en Chile se vivía una expansión de las posibilidades que aportaba el arte gráfico, tanto es así que en 1942 se fundó
Con estos antecedentes Perú y Chile llegan al momento de máxima ebullición en lo que se refiere al cartel o afiche, los años sesenta y setenta.
SEMEJANZAS ENTRE LOS PROPULSORES. LOS GOBIERNOS DE ALLENDE Y VELASCO ALVARADO.
Velasco fue Comandante General de las Fuerzas armadas del Perú y presidió la junta de gobierno militar que el 3 de octubre de 1968 depuso por un golpe de estado el cuestionable primer gobierno de Fernando Belaunde Terry (Lima, 7 de octubre de 1912 - Lima, 4 de junio de 2002). Velasco Alvarado instaura un gobierno Revolucionario anticapitalista que se centró en la idea de “Superar el subdesarrollo y conquistar la Independencia Económica” [2]. Este gobierno tuvo como meta difundir una política nacionalista-revolucionaria que se apoyó en referentes andinos para promover un acercamiento al pueblo. Propuso el idioma quechua como lengua oficial del Perú; usando los medios de comunicación, promovió el trabajo artesanal con
Las reformas implantadas en el Perú por Velasco Alvarado fueron muy importantes y chocantes para los sectores burgueses limeños que vieron como una violación la reasignación de tierras. En este contexto el 29 de agosto de 1975, por decisión de
Chile durante los primeros años de la década de setenta vivió un clima de agitación social. Se dio un complot al gobierno socialista que implicó una supuesta “escasez de alimento” y un llamado de los sectores burgueses a la guerra civil. Las movilizaciones en las calles era cada vez más fuerte, se acrecentó la disputa entre los “Momios” (gente de estrato económico alto) que se manifestaban en contra de Allende y los “Rotos” (clases populares) que manifestaban a favor de
En el ámbito internacional Washington y Richard Nixon plantearon una estrategia para derrocar la presidencia de Allende.
EL CARTEL Y SUS DESTINOS
Mientras en la plástica occidental se vivía una nueva reflexión sobre el papel del artista en la sociedad. El movimiento de mayo del 68 en Francia, y en toda Europa, hizo resurgir el socialismo utópico del siglo XIX, (la capacidad de redención social del arte y la vocación rebelde de la creación artística). Este radicalismo provocó una “crisis de conciencia [3]”. En el conciente y sub conciente de los artistas estaba la idea de un “anti-arte” que se aleje del valor burgués-museo y que se adhiera a un estilo de vida.
En el caso puntual del afiche peruano y chileno de los años sesentas, el punto común era que el oficio de grafista era visto como una actividad transitoria por los artistas, de esta forma no existía aún una validación del artista gráfico.
En el Perú, la acción que más efervescencias despertó fue
La gráfica chilena vivía también una cercanía a la cultura Hippie de Estados Unidos y al cartel de la revolución cubana, de esta forma a mediados de los sesentas Perú y Chile compartían una similitud estilística.
Al hacer una historia del afiche chileno no se puede dejar de mencionar a Vicente Larrea y su hermano Antonio, dupla de artistas gráficos que en 1967 recibieron uno de sus primeros encargos: el afiche para el disco de Quilapayún, grupo folklórico que se enmarca dentro de la explosión de
Waldo Gonzáles fue otro de los artistas gráficos chilenos que orientó su trabajo hacia una estética de identidad nacional, del mundo popular, el muralismo del sur de Chile y del arte sicodélico. Gonzáles llegó a ser muy conocido por la producción de los carteles quincenales de
Los afiches de
Es importante definir que en Chile no existía una entidad que regulara la distribución y características del afiche, a diferencia del Perú donde el Sistema Nacional de Movilización Social (SINAMOS) fue la entidad que difundió los afiches por todo el Perú [6]. De pronto estas representaciones populistas se volvieron familiares para una clase que sintió su renacimiento en el Perú. El arte peruano se asocia gradual y explícitamente a discursos progresistas que buscan la reparación social y la restauración estilística a partir de figuras que son derivadas del indigenismo y las tradiciones andinas [7].
Ruiz Durand junto a José Bracamonte, Emilio Hernández Saavedra, Carlos Gonzáles y Ciro Palacios, fueron quienes impregnaron al afiche Velasquista de esa peculiar estética “achorada”. En estos afiches peruanos se podía leer frases como “Reforma Agraria base de una nueva sociedad”, “El Azúcar[,] primera industria sin patrones en el continente americano”, “190 años después Tupac Amaru esta ganando la guerra”, “Tierra sin patrones”. De manera especial se trabajó la figura de Tupac Amaru II [8] como prototipo del indio que tuvo valor para enfrentarse al poderoso opresor.
Este denominado “Pop Achorado” peruano luego adquirió nuevas fisonomías que aportaron su personalidad al medio. Esta expresión también tiene como carácter sustentativo de su valor la gran solvencia de recursos estéticos abstraídos a lo largo del tiempo de las más variadas fuentes artísticas de nuestra realidad y de las aportaciones permanentes que significan nuestra relación con el arte universal.
CONSIDERACIONES FINALES.
Indudablemente al ensayar una comparación entre el afiche peruano y el afiche chileno de finales de los sesentas y comienzos de los setenta, hablamos de tránsitos paralelos. En ambos casos se dio primero un no-reconocimiento al arte gráfico considerado un “arte menor”, para que luego la gráfica tomara un papel de vital importancia no solo en la política, también en la identidad en un determinado espacio y tiempo.
Los cambios en las caras del gobierno en estos países, en Perú la ascensión de Francisco Morales Bermúdez y en Chile la nefasta dictadura de Augusto Pinochet implicó un corte en la producción gráfica y por momentos una censura; por ejemplo luego del 11 de septiembre de 1973 en Chile se dio una desaparición y quema de los carteles de
En décadas posteriores los afiches en ambos países adquirieron una categoría de mercancía artística y su comercialización pasó de las cachinas peruanas, o los persas chilenos a los coleccionistas de esta forma hablamos de una nueva validación de afiche ahora como parte del mercado del arte.
El afiche también sirvió de inspiración y referente para jóvenes artistas que re-tomaron el ideal de esta época. De alguna forma esa tan ansiada validación del artista gráfico de los sesentas y setentas se está produciendo y ahora con un aire de homenaje.
Paradójicamente a este sentimiento, hasta la elaboración de este ensayo (marzo 2007) es muy poco el estudio efectuado sobre este tema, (en chile hay mayor cantidad de estudios que en el Perú), lo cual implica un desafío y una tarea pendiente para los investigadores peruanos y chilenos.
NOTAS.
1. Cfr. (CASTILLO ESPINOZA, 2004: 4)
2. (CONTRERAS, 2000: 310).
3. (EDER y LAUER. 1986: 67).
4. Esta escuela cubana estuvo influenciada por la escuela Checa. Tendencias totalmente estadounidenses, antagónica a los proyectos nacionalistas del gobierno militar.
5. La reproductividad fue la inigualable ventaja de la gráfica Offset.
BIBLIOGRAFÍA
CASTILLO ESPINOZA, Eduardo.
2004.
«Cartel Chileno 1963-1973. Un tiempo en la pared». En Cartel Chileno 1963-1973. Santiago: Grupo Zeta, Pp. 4-7.
CASTRILLÓN, Alfonso.
2001
¿El ojo de la navaja o el filo de la tormenta?. Lima: Universidad Ricardo Palma.
2003
Generación del 68: entre la agonía y la fiesta de modernidad. Lima: ICPNA – Banco Sudamericano.
CONTRERAS, Carlos; CUETO, Marcos.
2000.
Historia del Perú contemporáneo. Lima: Pontifica Universidad Católica del Perú.
EDER, Rita y LAUER, Mirko.
1986.
Teoría Social del Arte, bibliografía comentada. México, D.F: Universidad Nacional Autónoma de México.
HERNÁNDEZ CALVO, Max y VILLACORTA Jorge.
2002.
Franquicias Imaginarias: Las Opciones Estéticas en las Artes Plásticas en el Perú de Fin de Siglo. Lima: Pontificia Universidad Católica del Perú, Lima.
LEONARDINI, Nanda.
1999.
Algunos alcances sobre el arte peruano. Lima: Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
NEUSTADT, Robert.
2001.
CADA DÍA: La creación de un arte social. Santiago: Cuarto Propio.
OYARZÚN, Pablo.
1999.
Arte, visualidad e historia. Santiago: Facultad de Artes de
RODRIGUEZ-PLAZA, Patricio.
2004.
«La visualidad urbana en el Chile de
VICO SÁNCHEZ, Mauricio.
2004.
«Waldo González y los carteles para
VILLACORTA, Jorge y Del Valle, Augusto.
2002.
«Otra actualidad las artes plásticas en el Perú». En Ars Novoa, 1/02, Barcelona: Pp 4-23.
FOTOS:
Foto 1. Chile se pone los pantalones largos, Vicente Larrea, 1971, Chile. Offset.
Foto 2. Tierra sin patrones, Emilio Hernández Saavedra, c1970, Perú. Offset.
Foto 3. Cobre chileno, Vicente y Antonio Larrea, 1972, Chile. Offset.
Foto 4.¡Jatariy!!!. Jesús Ruiz Durand, c.1969-1970. Perú. Offset.
Foto 5. Sorteo voto nacional O´Higgins, Mario Quiroz, 1971, Chile, Offset.
Foto 6. La rebelión de Tupac Amaru, Jose Bracamonte, 1970, Perú, Offset.
Foto 7. Víctor Jara, Antonio Larrea, 1972, Chile, Offset.
Foto 8. 190 años después de Tupac Amaru…, Jesús Ruiz Durand, 1969, Perú, Offset.
2 comentarios:
un profe de la chile que me hizo calses fue compañero de gonzalez y los larrea, tengo material de ese igual, si quieres, de manera digital
hola loco ponme en el msn si quieres, para que conversemos, a mi tambien me gusta mucho eso.
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