26.2.07

ME SIENTO COMO ME SIENTO. Envío de Angeles Ruiz Díaz, desde Buenos Aires, Argentina.

COMO ME QUIERO SENTAR

Por David Flores-Hora

Escuela de mArte recibió este envío de Angeles Ruiz Díaz, desde Buenos Aires, Argentina. Angeles es una inquieta y encantadora curadora encargada de la Exposición “ME SIENTO COMO ME SIENTO” de la artista Carmen Dalone, que se realizó en diciembre del 2006 en el Museo Ciudad San Fernando de Buena Vista, en la provincia de Buenos Aires.

Dalone, explora y construye el recurso de la silla o el asiento, el cual se aleja de su simple función utilitaria y asume una idea de registro, de fotografía instantánea que cuenta una historia y asume la personalidad de quien la utilizó.

Al recibir este material de Angeles, (que además de ser curadora, es una gran amiga y fue mi guía oficial-compañera de cafés en Buenos Aires) empecé a recordar el recurso de la silla en el contexto peruano, si bien no fue lo único que se dio con estas características, hay algunos proyectos que recuerdo mucho. Por ejemplo “TODOS SOMOS PRESIDENCIABLES” de Cecilia Noriega-Bozovich, fue un proyecto presentado el año 2001, se trató de una intervención en espacio público y en el contexto del fin del gobierno de transición de Valentín Paniagua y de regreso a la “democracia”,luego de la nefasta dictadura del ciudadano japonés Alberto Fujimori.

Con “TODOS SOMOS PRESIDENCIABLES” Noriega-Bozovich, buscó la fetichización del objeto más emblemático del poder, el sillón presidencial. El poder siempre está asociado a la cultura humana, todos ansiamos poder de alguna u otra forma. Pero ¿Qué ocurre cuando esta ansia de poder llega a los niveles de lo infausto?. Entre el año 2000 y 2001 las elecciones presidenciales reflejaron una polarización, un clamor popular que la oposición al gobierno de facto no pudo canalizar.

La misma artista suelta unas preguntas con respecto a esta articulación: ¿Qué era aquello que más deseaban? ¿Cuál era su única fijación? ¿Detrás de qué iban? ¿Por qué el Perú no importaba? ¿Por qué se llegó hasta causar la muerte de esos guachimanes del Banco de la Nación? Respuesta: todos querían un sillón.

Esta intervención, que se presentó en plazas, parques y hasta playas se convirtió en una “escultura social” donde se buscó al candidato idóneo, el decontaminado, el ciudadano a pie y que por unos minutos vivía eso que le enseñaron a ver como una utopía: el ser presidente. Los que participaron vivieron esa palabra que todos repiten a todo pulmón, pero que a pocos hace reflexionar, la “democracia”.

En el salón de Grados del Centro Cultural de San Marcos la misma Noriega-Bozovich, presentó una versión multiplicada, lúdica e irónica del sillón presidencial ya mencionado. Se trató de “101 SILLONCITOS PRESIDENCIALES”, donde los sillones son desfetichisados y desfalocratisados, ya no son símbolo de poder, se convirtieron en un juego de niños.

Otra acción que pude ver en Lima relacionado al uso de la silla, y que conceptualmente se aleja de la acción antes mencionada, fue “X - GENTE VECES SILLA”. Proyecto de intervención en espacio público de la alemana Angie Hiesl.

Hiesl es una productora, coreógrafa y performer, que presentó por primera vez su trabajo “X - GENTE VECES SILLA” en 1995 en Colonia, Alemania. En el 2003 este proyecto se pudo ver en varias ciudades de Sudamérica, entre estas Lima que se dio el 14 de noviembre de aquel año. Esta performance-intervención que a lo largo de todas las cuadras peatonales del Jr. De la Unión se desarrolló con elementos de lo absurdo y el teatro experimental con componentes surreales.

El proyecto que fue producido por el Goethe-Institut y el Teatro de San Marcos, se concibió con diez sillas de acero, a cinco metros de altura, donde diez ancianos realizaron actividades cotidianas como escoger el arroz, pintarse las uñas, leer el periódico, etc.

De esta forma no existía una intención de denuncia social o protesta, simplemente era provocar una reacción, no a los ancianos suspendidos sino a los transeúntes. La acción se desarrolló como un experimento escénico y teatral. Esa tarde de noviembre los transeúntes del Jr. De la Unión pudimos romper nuestra monotonía, ya no éramos simples caminantes hacia un destino fijo, fuimos observadores de diez acciones que para muchos se convirtieron en altares de lo absurdo y de lo estético.

Como dije al comienzo no son los únicos casos de acciones desarrolladas utilizando el recurso de la silla, pero son dos ejemplos donde fui testigo presencial y cómplice de ese momento-acción y que vinieron a mi mente al observar el trabajo de Dalone en Argentina y el texto que gentilmente recibí de Angeles y que a continuación reproduzco.

Exposición “Me siento como me siento”. Artista Carmen Dalone.

Museo Ciudad San Fernando de Buena Vista. Buenos Aires. Argentina.

Texto de Ángeles Ruiz Díaz (Fragmento).

Curadora de “Me siento como me siento”.

Pocas veces nos sorprenden gratamente espacios tan institucionalizados como el de un museo municipal. Usualmente anquilosados, con guiones museográficos pobres o carentes de todo sentido, poco en ellos sorprende o resulta verdaderamente interesante.

En este marco, resulta una apuesta fuerte la intervención del jardín del museo en su primer cumpleaños, con la exposición “Me siento como me siento” de Carmen Dalone.

La producción de esta artista explora variedad de medios y soportes, como la instalación, la escultura, pintura, el objeto y la performance. En esta muestra presenta sus sillas, que a modo de objeto encontrado, rescata de la calle para luego rastrear la historia de quien las usó y plasmarla en ellas. Trabajadas a modo de collage, buscando personalizar hasta el más mínimo detalle, las sillas hablan… y cuentan años de historias y secretos de personas reales del barrio de la artista.

Fotos de la exposición “Me siento como me siento” de Carmen Dalone, envío de Angeles Ruiz Díaz para escuela de Marte.

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