Con la minuciosa curaduría del historiador del arte Juan Peralta esta exposición pone en evidencia la figura de Herbert Rodríguez como un referente en la historia del arte peruano desde finales de los setentas.
Celebrando, y reflexionando, sobre esta exposición a continuación un texto de Rebeca Vaisman aparecido en el último número de la revista Caretas, texto que tomo de Zona de Noticias.
Cultural: Antología de la disconformidad en muestra que reúne el trabajo plástico de Herbert Rodríguez desde los 70's.
Por: Rebeca Vaisman*
En su trinchera, el suelo parece pintado de sangre y sudor. Sus armas desperdigadas ocupan, ahora, casi todo el espacio. Las municiones son disparadas por su propia y rápida boca, porque la mejor defensa aquí es no dejarse cagar: ¡pum, pum, pum! Esta es la casa de Herbert Rodríguez, artista plástico y peleador, ambos, por vocación. La guerra la libra allá afuera.
Cuando era un estudiante flaco y respondón de
Pasó los treinta: no murió, no transó, y hasta ahora, no ha dejado de pelear. Por eso, no es gratuito ni alarmista el título que reúne tres décadas de obra plástica en el Museo de Arte de San Marcos: De
Recorriendo las cuatro salas que reúnen su obra, se puede estar o no de acuerdo con la voz iconoclasta y neurótica de comienzos de los ochenta; con el ex Huayco; con el grito radical y subte, ideologizado y plasmado en pinturas, grabados, collages, murales, instalaciones y performances públicas; se puede cuestionar su estadía de dos años en Londres, en los noventas, y su vuelta a Quilca, ahora desde las profundidades del Averno. De ese Averno al que se le prendió fuego el año pasado para desalojar las huestes que Rodríguez dirige. De ese que no se va a ningún lado, hasta que no haya una restitución económica por los daños recibidos.
La muestra -curada por Juan Peralta– va acompañada de la presentación de una investigación de Rodríguez sobre historia última del arte local e internacional, un conversatorio sobre arte contemporáneo y la promesa de un taller de contracultura dirigido por el mismo Rodríguez. Si es o no posible enseñar mañas transgresoras desde un aula, habrá que esperar y ver. Mientras tanto, la última reflexión del artista: "Creo que ahora se puede constatar que la mía no necesariamente es una línea de trabajo que lleva al suicidio o la inmolación. ¿Por qué tener miedo a morirte de hambre, si igual te vas a morir de hambre? Si no hay oportunidades del sistema, bueno, pues entonces haz lo que te gusta y ya".
A él, eso lo ha mantenido vivo.
* Publicado en Caretas 2002.
En la foto: Herbert Rodríguez (Lima, 1959) y expresivo casco creado en el 2000, en el periodo en que su trabajo se orientó a la lucha a favor de la caída del régimen de Fujimori. [Leyenda de Caretas]
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