A continuación este registro, dividido en tres partes, y la sinopsis preparada por Buntinx, y que puede leerse en “Videos en cabina” del portal de MICROMUSEO ("al fondo hay sitio").
Sumballein: antología rota de Carlos Runcie Tanaka (Visita guiada)
2006.
Video. 28:01". (Primera parte: 9:16". Segunda parte: 9:10". Tercera parte: 9:35") (Cámara y edición: Mariana Tschudi, Artchivo [www.artchivo.com])
Colección MICROMUSEO ("al fondo hay sitio").
SUMBALLEIN es la raíz griega tras la etimología de la palabra SÍMBOLO. Con ella los antiguos aludían a la identidad surgida del acto de JUNTAR o REUNIR los fragmentos de un objeto previamente FRACTURADO para facilitar el reconocimiento mutuo de quienes custodiaban sus partes. El concepto se vincula a los RITUALES de sectas y sociedades secretas, adquiriendo incluso una connotación RELIGIOSA que se prolonga en los usos posteriores del término. Como se prolonga también en la labor de quienes hacen del QUIEBRE y RECOMPOSICIÓN de sus obras un ABISMAMIENTO espiritual y filosófico para el quehacer plástico.
CARLOS RUNCIE TANAKA (Lima, 1958) es acaso el artista peruano que con mayor rigor e insistencia ha intuido las posibilidades y DESAFÍOS de esa PRAXIS específica. Hasta el punto en que hoy es posible articular desde esa perspectiva una visión CRÍTICA de su producción tan diversa. Una "ANTOLOGÍA ROTA", como lo anuncia el título mismo de esta exposición, cuyo horizonte abarca veintiocho años de una de las trayectorias más complejas y significativas en nuestra escena. El resultado ensaya una lectura distinta de obras principalmente identificadas con la producción cerámica, cuyos sentidos aquí se hilvanan desde la experiencia reiterada del DESMEMBRAMIENTO y RECONFIGURACIÓN de sus piezas: más que una metáfora, la materialización misma –literal y figurada– de una INTENSIDAD personal y social en las vidas simultáneas del artista y del país.
Una producción que suele apreciarse por sus cualidades culturales más antropológicamente ABSTRACTAS, se ve en realidad atravesada por connotaciones HISTÓRICAS cuya dolorosa contemporaneidad, sin embargo, no cancela sino RADICALIZA sus referencialidades primeras. Piezas donde las representaciones más ARCAICAS se hilvanan con las sensaciones más descarnadamente ACTUALES. Sin perder, empero, las connotaciones otorgadas por la propia MATERIALIDAD del barro, esa materia prima y PRIMORDIAL cuya inmediatez ORGÁNICA remite a nuestra gran tradición cerámica, desde sus orígenes prehispánicos hasta su vigencia artesanal.
Temporalidades TRASTOCADAS que Runcie Tanaka pone conflictiva aunque ceremonialmente en escena mediante el rescate sistemático de piezas REVENTADAS o rotas, castigadas por el fuego o por el azar objetivo –pero de inmediato valoradas por el autor en su presencia FISURADA.
Al articular una significación ARTÍSTICA propia, ese gesto aporta también a la comprensión profunda de
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