4.9.07

ESTAMOS EN RAMONA 73 (Parte final)

Continuando con lo que fue la participación peruana, incluyendo nuestra participación, en el número 73 de la Revista Argentina de Artes visuales Ramona; inmediatamente copio el ensayo: La Intervención en el Espacio Público. Instrumento de cambio social y político desde el Arte”, del Artista Visual Lalo Quiroz.

En el marco de la puesta en circulación de este texto, cuelgo un par de videos de lo que fue la presentación de Ramona en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires.


2 VIDEOS DE LA PRESENTACIÓN DE RAMONA 73.
Jueves 23 de agosto del 2007

Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires

Gracias Kiwain!!!
 
Ana Longoni presentando Ramona
 
Estudiante de la UBA, Devorando Ramona
 

LA INTERVENCIÓN EN EL ESPACIO PÚBLICO.
INSTRUMENTO DE CAMBIO SOCIAL Y POLÍTICO DESDE EL ARTE.

Por: Lalo Quiroz

La postura del artista y su rol como un agente de cambio dentro de su sociedad han sido recurrentes en casi toda la historia del arte universal; es así que diferentes artistas y movimientos, lejos de mantener posturas intimistas, individualistas o complacientes, han tomado parte activa en este desarrollo y cambios de pensamientos en sus sociedades. En el Perú, esta actitud participativa, de acercamiento entre el arte y la política se ha visto evidenciada en mayor dimensión a partir de los ochentas debido a los violentos conflictos vividos en el país y ha mantenido un significativo compromiso en los últimos años por los fenómenos y cambios globales que afectan nuestra realidad.

Precisamente, corrientes como el post modernismo y la globalización están generando a nivel cultural una serie de repercusiones y vínculos no previstos en su concepción, que muy por el contrario a sus criterios de estandarización como es el caso de la globalización, nos están dirigiendo a una reafirmación de lo particular y propio de nuestros países. En este sentido, el artista necesita reformular sus herramientas y al mismo tiempo complementarlas con nuevos medios para afrontar eficazmente su responsabilidad ante estos recientes esquemas políticos, económicos y culturales. Es así que intentaré desde mi experiencia, hacer un breve análisis y planteamiento de uno de estos medios, relativamente nuevo y poco difundido en el Perú, que viene siendo abordado en otros países desde diferentes perspectivas y que creo es uno de los más versátiles y de carácter multidisciplinario: La Intervención en el Espacio Público.

Posiblemente el primer indicio que nos acerque específicamente a la idea de espacio público nos refiera a Grecia, en las llamadas ágoras o plazas públicas, espacios donde los antiguos griegos se reunían a dialogar, debatir sobre la vida política y comercial de las Polis, y sobre todo donde transcurría, el arte, la filosofía y la cultura. Estas primeras relaciones entre arte y espacio público, evidentemente desde una perspectiva occidentalizada, lo podríamos advertir también en la infinidad de monumentos y principalmente obras arquitectónicas que en el transcurso de la humanidad nos han dejado en evidencia las diferentes civilizaciones.

Recién en la década de los sesentas, según lo sustenta Paloma Blanco(1), los criterios de arte y espacio público adquieren relevancia y sobre todo particular importancia para algunos museos y empresas patrocinadoras, quienes motivadas por su interés en expandir el mercado de la escultura, ven en estas áreas urbanas como plazas, parques y sedes empresariales, espacios potenciales para erigir piezas de arte previamente exhibidas en Galerías y Museos. Así también, a finales de los sesentas en una época donde la efervescencia de los conflictos sociales “afeaban” las ciudades, se crea el Programa para el Arte en los Espacios Públicos de la Fundación Nacional para las Artes, NEA.(USA); y con este el llamado “arte en los espacios públicos” el que se promocionó como un medio de “revalorizar” el medio urbano.

Es a comienzos de los setentas, según sustenta la autora, que algunos artistas y administradores del arte con un sentido más agudo, señalan la diferencia entre arte público, una escultura en el espacio público, y arte en los espacios públicos más interesados en las connotaciones de la localización o el espacio destinado para la obra (site-specific). Es necesario indicar que los conceptos de espacialidad, contextualidad e interacción de la obra con el espacio público, también se venían dando paralelamente en algunas experiencias como la performance y el happening.

Estas investigaciones han contribuido de alguna manera a sustentar este primer análisis y planteamiento, el cual intenta distinguir que esta serie de procesos han dado lugar finalmente a un medio muy concreto con amplias posibilidades de desarrollo en el plano socio-político, pero sobre todo de gran importancia en la relación arte y espacio público; relación necesaria, podría decirse, como alternativa a los clásicos parámetros de museos y galerías de arte.

Si entendemos el espacio público como el lugar o lugares que nos “pertenecen” a todos, por donde transitan cotidianamente individuos heterogéneos, que conviven, participan y gozan de los mismos derechos; no solo debería de presentársenos como una interesante plataforma de trabajo y de interacción directa a través del arte, sino también como un espacio que debería ser visto con cierto respeto y responsabilidad. Asumir el trabajo en el espacio público desde una perspectiva de diálogo y comunicación basada en propuestas de orden político o temáticas sociales, nos comprometen a priorizar los temas de objetivos, antes que solo los criterios estéticos o de catarsis subjetivas.

Así como el site specific, ponía gran interés en el emplazamiento de la obra, es decir en cómo debería ir el objeto con respecto a su entorno, así, entrar al espacio público nos propone justamente no solo pensar en el trabajo a realizar, sino en un análisis previo del sitio y su contexto, es decir, una investigación en los planos que sean necesarios, sean estos históricos, antropológicos, sociológicos o arquitectónicos; esto nos ofrecerá situarnos mejor y sobre todo nos evidenciará la relación de este espacio con sus individuos, a través de sus propios códigos, usos y costumbres. Sean estos espacios abiertos, cerrados, urbanos, no urbanos e incluso virtuales, el conocer previamente nuestro espacio nos permitirá actuar de la manera más pertinente, sincera y eficaz en nuestra labor artística-anónimo de comunicar e interactuar; así mismo, nos dará la posibilidad de usar o crear las herramientas apropiadas que coadyuven a estos planteamientos.

Entrar a un espacio público, invadir o intervenirlo como lo definimos actualmente, nos lleva a pensar en cualquier forma de hacerlo; el ambulante que se sienta en la vía pública a vender, está interviniendo el espacio público; del mismo modo, el indigente que se apropia de un pedazo de vereda para vivir y el dibujante que toma los parques para retratar, están todos interviniendo el espacio público. Podríamos hacer una lista y hasta clasificarlos, pero no es el caso, lo cierto es que todas estas formas no conscientes de intervenir el espacio público difiere precisamente de la que estoy exponiendo en que la Intervención del Espacio Público es completamente conciente, sistemática y organizada, porque responde a objetivos claros y concretos.

Es un proceso que finaliza en respuestas inmediatas, reflexiones diversas y posibles evocaciones futuras para el público; cruza los límites del arte, se vuelve político, sociológico o antropológico, regresa y se pierde en el anonimato del autor. En el espacio público nadie sabe quién es quién, el artista en un transeúnte mas y su obra se convierte sencillamente en el acto cotidiano de comunicar, en el clic que alguien escuchó entre sus pensamientos al pasar. ¿Al final es arte? En todo caso es lo que menos nos importa, mas aún si tenemos en cuenta que la gran mayoría no asocia al artista con prácticas políticas o peor aún que no tienen otros referentes mas allá de los modelos que muchos medios de comunicación fomentan y que son incentivados por un sistema de consumo que pretende conferirle al arte el sólo y único rol: el de entretener.

En el Perú, algunos artistas y colectivos venimos trabajando apoyados en este importante medio, entendiéndolo como un acto conciente y responsable que nos permite una mejor vinculación con la gente desde su propio entorno, de forma directa y sin interferencias, como un instrumento de cambio social y político en nuestra sociedad.

Los proyectos son pocos, pero valiosos.

Aquí, sólo algunos.

http://largotiempoelperuano.blogspot.com
http://rosariodelasuerte.blogspot.com
http://de-que-tienes-hambre.blogspot.com
http://sevendeoalquilaestelocal.blogspot.com

Notas:

1. “Modos de hacer”. Arte crítico, esferas públicas y acción directa. Ediciones Universidad de Salamanca, 2001.

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